la ciudad más antigua del mundo
DAMASCO
“Si hay un paraíso en la tierra, no puede ser otro que Damasco.”
(Gran viajero andalusí de Játiva del siglo XII).
Su origen se remonta al IV milenio antes de Cristo. Aunque no sería hasta los tiempos del rey David, cuando se hiciese con el dominio del Oriente Próximo (1000 a.C.). Poco después se convertía en la capital de un pequeño reino, Siria. Su poder alcanzó el máximo esplendor entre los años 661 y 750, cuando el califato Omeya la erigió capital del más vasto imperio conocido hasta entonces, y que iba desde España hasta los límites de Mesopotamia.
Cuentan que “entre los recovecos de sus rocas quebradas, es posible visitar la que la leyenda dice ser la primera casa de Adán y Eva, puesto que Damasco presume ser la ciudad más antigua del mundo porque Adán y Eva pasaron en ella su primera noche después de ser expulsados del paraíso”.
Actualmente tiene casi 5000000 de habitantes.
Con infinitud de mercados, mezquitas, callejuelas con olor a especias, a incienso,… como muchas ciudades árabes los gritos de los vendedores o la llamada a la oración, se mezclan y cruzan con taxis, bicis, con viandantes, burros y motos, que luchan por hacerse un hueco.
Hubo un tiempo en la que se le comparaba con el Paraíso, por la gran cantidad de manantiales, ríos y vegetación en medio del desierto.
La relación de Damasco con el paraíso también se encuentra en la Biblia, ya que, según la tradición, el río Barada aportó el barro con el que Dios hizo a Adán.
Damasco surgió sobre un oasis, el de Ghouta. Y se convirtió ella misma en oasis de tolerancia. Se trata de una ciudad con una enorme mezcla de culturas y épocas. Fue aramea, asiria, griega, romana, persa, árabe, mongol, mameluca, otomana, y después volvió a ser árabe. Luego colonia francesa. Ahora siendo árabe, es también producto de tanta mezcla.
Fue un gran centro de poder, y aunque ya no, guarda ese recuerdo en sus ruinas. También fue un punto de descanso en el camino de peregrinación hacia la Meca.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Antiguamente estaba rodeada por una muralla romana, de la que perduran los lados norte y este, y parte del lado sur. Se conservan ocho puertas, de las que la más antigua, Bab Sharqi, se remonta al período romano.
La ciudad está dividida en dos partes: la nueva, con los edificios modernos, y la vieja. Es en esta última donde están los vestigios de sus 6000 años de existencia, para deleite de todos sus habitantes y turistas.
En la ciudad vieja está la gran mezquita de los Omeyas, construida en el s. VIII, donde se encuentra “el tesoro”, una construcción levantada sobre columnas que se utilizaba para almacenar el oro del Estado. Además de los restos de Juan El Bautista, precursor del Islam. Fue uno de los profetas con los que se encontró Mahoma en el Isra, su legendario viaje nocturno a Jerusalén. La tradición asegura que en este enclave se haya la cabeza del santo, aunque no es el único lugar que la reivindica. Ocupa la posición donde antes había un templo arameo del siglo IX a.C. que posteriormente fue transformado para dedicarlo a Júpiter y, más tarde aún, en una iglesia dedicada a San Juan Bautista. Fue en el s. VII que la ciudad se convierte en la capital del mundo islámico, bajo la dinastía Omeya, y entonces se realiza la construcción del templo de talenvergadura. Es la tercera mezquita en importancia, después de las de La Meca y Medina.
Históricamente, el lugar fue sede de templos de culto de bizantinos, romanos y arameos. Durante este califato (661-750 d.C) la basílica cristiana que ocupaba el lugar, y sobre la que se levantó esta gran mezquita, fue destruida. Según la tradición local, el minarete más alto de la mezquita, llamado minarete de Jesús, marca el sitio donde el Mesías volverá a la tierra el día del juicio final.
Interior de la Mezquita Omeya.
fuente: domani.arcoiris.tv
Es en el 750 que los Omeyas, creadores de la fabulosa mezquita, son expulsados de Damasco. Llegan a Al- Andalus, ya que España había sido conquistada por los árabes en el 711, y crean un califato independiente en Córdoba, ciudad hermanada con Damasco.
Desde el siglo XIX y hasta el año 1920, fecha del tratado de Sevres por el que Siria dejo de pertenecer a Turquía, el interés de España por el Mediterraneo Oriental crece, consiguiendo así que diferentes autores hispanoamericanos y españoles viajen a la ciudad que dio origen a la España árabe, cuando Abd er Rahman, primer califa omeya de Córdoba, huyo de Damasco. Yescriben textos que permiten conocer la evolución de ésta.
Dicen que el profeta Mahoma nunca llegó a entrar a Damasco, ya que al observar la ciudad desde el monte Casiún dijo que “al paraíso sólo se accede al momento de morir”.
En la ciudad vieja hay muchísimas mezquitas, cerca de 700, de diferentes épocas, que son utilizadas como sala de oraciones y de descanso.
A lo largo de la historia de la capital de Siria, fueron muchos los personajes legendarios que tuvieron relación con ella, tales como Alejandro Magno, el rey David, Nabucodonosor, Saladino o Adriano.
En 1078 su gobierno fue traspasado por el sultán selyúcida Malik Shah I a su hermano Tutush I, que posteriormente conquisto Alepo y se proclamó sultán de Siria. Con su muerte sus hijos, enemistados entre si, se repartieron los emiratos, que hasta las extinción de la descendencia de Tutush I vivieron también enfrentados.
Fue largo el periodo en el que Damasco se mantuvo aliada al Reino de Jerusalén, contra Zengi, y cuando los ejércitos de la Segunda Cruzada le invadieron, los hijos de este consiguieron levantar el sitio. A la muerte de uno de estos, Nur al Din, cayó bajo el control de Saladino.
Este gobernante fue uno de los más importantes del mundo islámico, consiguió ser sultán de Egipto, Siria, Palestina, Mesopotamia, Yemen, Hiyaz y Libia. Y creador de la dinastía ayubí.
Retomó Tierra Santa, venció a los cruzados, reconquistando a las tierras dominadas por los cristianos y otras doctrinas musulmanas no oficiales, como el califato Abasí. Unificó política y religiosamente Oriente Próximo.
Era representante y defensor de Islam ferviente, concretamente del sunismo, doctrina que practica el mayor conjunto de la comunidad islámica mundial.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Islam_by_country.png
Las tres doctrinas:
sunníes chiies ibadies
Curioso es el hecho que el Kaiser Guillermo II de Alemania al ver el mal estado en el que se encontraba la tumba de Saladino, se ofreció a sufragar la que ahora encontramos en el interior de la Mezquita y que se halla justo al lado de los restos de la original, como símbolo de admiración.
En esta ciudad, el 75% de la comunidad es musulmana sunní, el 15% cristianos, de diferentes iglesias, y el restante 10% se divide entre las otras culturas musulmanas.
La ciudad es sede de tres de los cinco patriarcados orientales que reclaman la sucesión histórica de la sede de la antigua capital siria; Antioquía: el Patriarcado Greco -Ortodoxo, el Greco - Católico Melquita; una iglesia de origen griego y rito bizantino, y el Siro – Ortodoxo Jacobita.
El hecho de la reconquista de Tierra Santa provocó la famosa Tercera Cruzada, liderada por el famoso Ricardo I de Inglaterra o como popularmente fue conocido, Ricardo Corazón de León.
Saladino fue una persona carismática, conocida por su caballerosidad, y aun sigue siendo muy admirada en la cultura árabe.
Tras su muerte, Damasco ha estado ligada a Egipto, y finalmente su emirato fue destruido por los mongoles.
Damasco es una de las ciudades actualmente aun no invadida por el turismo, y todo lo que ello conlleva, como el desarrollo de la “picaresca” de sus habitantes por conseguir un par de monedas. La hospitalidad es también característica, podríamos decir principal, de sus gentes. No es difícil encontrar a alguien que te acoge, asesora, te ofrece una bebida sin pedir nada a cambio, incluso rechazando tu dinero como símbolo de agradecimiento.
En la ciudad antigua y al lado de la ciudadela se encuentra el zoco Al-hamidiyya, el principal centro comercial de la ciudad y el más antiguo Zoco del Oriente Medio, con 800 años. Allí se pueden encontrar adornos, telas, ropas, oro, joyas, alhajas, especias… normalmente separados por zonas, además de todo tipo de cosas y oficios extraños, como sacamuelas o las raíces para remedios caseros. Es uno de los atractivos de la ciudad árabe, y su zona más dinámica y activa.
Como indica el poeta Abu al-Wahsh Saba ibn Jalq al- Assadi “Ojos y nariz jamás se hastían de contemplarla o de aspirar su aroma.”
Artesano elaborando uno de estos objetos damasquinados.
fuente:www.viajeros.com
A la entrada del Zoco, se encuentran los restos del Templo de Júpiter, lugar donde se mezclan el arte romano y el musulmán, entre sus columnas y sus arcos, con unos diecisiete siglos de vida, encontramos puestos y vendedores de libros y otros artilugios.
En el Museo Nacional, en la sala donde se exhibe el alfabeto ugáritico, precursor del griego y del latino. La raíz de nuestro lenguaje. Adentrarte en este museo es como estar en una película de Indiana Jones, rodeado de tesoros antiguos, sin ningún orden ni organización.
También muy cerca de la Mezquita, es digno de ver el Palacio Azem del siglo XVIII, árabe-otomano. Que hoy alberga un museo de las artes y tradiciones, que además ilustra la vida del gobernador de Damasco.
El poeta damasceno Arqala ad-Dimashqi al-Kalbi dijo de su ciudad: “Damasco te será un paraíso inacabable, y sus anémonas un infierno que no quema.”
La ciudad tiene ocho puertas que daba a entrada a la ciudad por su inmensa muralla: la puerta de la liberación (Bab al-Faraj), la puerta del paraíso (Bab al-Faradis), la puerta de la paz (Bab al-Salam), la puerta de santo Tomás (Bab Tuma), la puerta del este (Bab Sharqi) que es la mas antigua de todas; pertenece al periodo romano, la puerta pequeña (al-Bab al-Saghir), la que da entrada al Zoco Midhat Pasha (Bab al-Jabiya) y Bab Kisan, donde la leyenda cuenta San Pablo huyó de Damasco, y en la que existe hoy en día una capilla que recuerda este hecho.
La principal calle, la Vía Recta, mide 1 kilómetro y medio y es de origen romano, da a la puerta Bab Sharqi, completa de tiendas, que desemboca en la Casa de Ananías, una capilla subterránea que anteriormente era una bodega.
Quedan aun los resquicios de las culturas que por allí pasaron, en sus diferentes barrios, armenio, judío o cristiano… éste último con lugares mencionados en la Biblia. En el museo arqueológico se halla la sala de rezo de la Sinagoga de Doura Europos del siglo III, que se trasladó completa al museo, y que además conserva unos frescos con escenas del Antiguo Testamento en perfecto estado, debido a que permaneció enterrada durante siglos.
Por ella pasaron los mongoles y los mamelucos en el s. XVII, y bajo el poder de los turcos, en el Imperio Otomano recobro el esplendor. De esa época son los palacetes y villas residenciales.
La luna sólo entona a sus cuerdas el canto de la tórtola y el mirlo.” (Arqala ad-Dimashqi al-Kalbi)
Damasco hoy es la ciudad hospitalaria que siempre fue, descuidada y superpoblada, alejada del tópico de urbe árabe con un pueblo ávido por el dinero de los turistas, donde puedes degustar un delicioso té y comida, con una historia cultural única, por la cantidad de civilizaciones que allí han convivido. Atrasada, quizás demasiado, donde incluso Internet es una novedad, prácticamente difícil de acceder. Pero con un encanto a descubrir antes que la globalización y el capitalismo la transformen. Quizás por la inestabilidad de la situación en Oriente Medio.
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